El chupete que muchos bebés usan los primeros meses o años de su vida cumple una función tranquilizadora y además supone la satisfacción del reflejo de succión que tienen desde el nacimiento.
No solo para ellos sino para los papás, especialmente primerizos, el hecho de conseguir calmar a nuestros niños con el simple hecho de introducirle el chupe es un alivio en determinados momentos que no somos capaces de evitar su llanto inconsolado.
Sabemos que cada niño es un mundo y que las necesidades de unos y otros no son las mismas así como la situación de cada familia tampoco lo es, por lo que respetamos las decisiones que cada uno podáis tomar respecto al uso del chupete.
Por tanto, aunque la mayoría de profesionales aconseja abandonar por completo el hábito del chupete a partir de los tres años, coincidiendo con el inicio de la Educación Infantil, y hacerlo solo para dormir a partir del año y medio, cada padre hará lo que considere más adecuado para su hijo.
Beneficios del chupete
Los beneficios de utilizar chupete en los bebés son numerosos, según algunos estudios y pediatras que han hablado de ello en muchas ocasiones. Las principales ventajas de su uso son:
- Calma y tranquiliza al bebé
- Minimiza el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) en los bebés alimentados de forma artificial.
- Facilita que el bebé duerma de lado o boca arriba que es la recomendación actual en cuanto a posturas de sueño en los primeros meses para evitar precisamente el SMSL.
- Según la Academia Americana de Pediatría ayuda a desarrollar los mecanismos cerebrales que controlan el desarrollo de las vías respiratorias superiores.
- Reduce el riesgo de caries en los bebés, según algunas teorías.
- Permite ir espaciando las tomas de lactancia materna.
Son algunas de las ventajas más conocidas que hacen que los padres no tengamos prisa en prohibirles este objeto.
Desventajas del uso del chupete
El uso prolongado del chupete, más allá de los tres años, o hasta el año como la propia AEPED recomienda tiene algunas desventajas como son:
- El inicio de su uso debe retrasarse al primer mes de vida del bebé y no introducirlo los primeros días hasta que la lactancia materna no esté bien pautada y establecida. Es precisamente en ese momento cuando comienza el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante SMSL.
- Para minimizar el riesgo MSL la recomendación es que se alimente al bebe exclusivamente de leche materna hasta el sexto mes.
- A veces la necesidad del bebé por succionar del chupe indica que existen dificultades en la lactancia por lo que, según la AEPED hay que identificar el problema y ayudar a las mamás a perfeccionar la técnica a la hora de dar el pecho o a aportarles la confianza que necesitan en sí mismas para continuar con la lactancia.
- Podría interferir con la lactancia materna al igual que ocurre cuando introducimos el biberón. Esta afirmación, actualmente, no puede hacerse de forma rotunda ya que se sigue investigando sobre la posible relación entre ambas.
- Puede provocar malformaciones en los dientes si se usa más allá de los tres años. Aunque desde la Sociedad Española de Odontología Pediátrica matizan que para que eso ocurra, los pequeños deberían usarlo unas seis horas al día cuando son mayores de 6 años para que tuviera consecuencias en los dientes. Aún así se corregiría unos meses después de retirarlo.
Consejos para quitárselo sin traumas
Sea cual sea la edad en la que decidáis quitar el chupete a vuestro hijo, hay algunos consejos muy extendidos que podéis seguir para evitar que el pequeño sufra y que vosotros lo llevéis lo mejor posible.
- Evitar un momento clave para quitárselo. Si ha nacido un hermanito, os habéis mudado de casa, ha empezado la guardería o la mamá se ha incorporado al trabajo, quizá no es el mejor momento para quitarle el chupete. Debéis fijar un momento adecuado que no coincida con ningún otro cambio en su vida.
- Ir de forma progresiva. Lo ideal es quitárselo poco a poco, dejándoselo solamente para la siesta y para la noche, después solo para dormir de noche y así poco a poco él solo irá acostumbrándose.
- Elogiar lo mayor que es. Una de las cosas que más les gusta a los niños es sentirse mayores, especialmente si tienen hermanos por encima. Por eso, decirles que ya no necesitan el chupe porque eso es como de pequeñajos, puede ayudaros a partir de los dos años que ya entienden todo.
- No darle demasiada importancia. Si nos obsesionamos y le reñimos cuando se pone o busca el chupete, se dará cuenta y puede ser contraproducente. Hay que tener paciencia porque tarde o temprano lo dejan.
- Evitar las soluciones drásticas. ¡Cuántas madres han arrojado el chupete a la basura o se los han tirado todos delante de ellos cansadas de que no les obedezcan!. No es una buena manera porque se cogerá un gran disgusto y sentirá que pierde algo importante. Muchas de las que han tomado esa solución han tenido que dar su brazo a torcer y volver a dar el chupete a sus bebés
Después de estos consejos, sabemos que la decisión final debéis tomarla vosotros y consultar, si lo veis necesario, con el pediatra de vuestro hijo para que os ayude a elegir el mejor momento y la forma más fácil de retirar el chupete.