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Los cuidados que deben seguir las mamás embarazadas comienzan incluso antes de que comience la gestación. Tu ginecólogo y matrona serán los profesionales que te indicarán los cuidados básicos de salud durante toda esta etapa. Además de cuidarte por dentro también has de hacerlo por fuera porque los grandes cambios hormonales que se producen desde el comienzo afectan al estado físico. La piel en el embarazo cambia y debes saber por qué y cómo evitar que se dañe, pique o reseque. Eso es lo que vamos a enseñarte en este artículo.

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Cómo es mi piel

Lo primero que tienes que saber es qué tipo de piel tienes. Es importante que conozcas varias cosas sobre ella antes de comprarte ninguna crema o usar un producto concreto porque si no, puede que los resultados no sean los esperados e incluso te provoquen alguna reacción alérgica.

El tipo de piel no sólo hace referencia a si es grasa, seca o mixta sino a otros factores como la edad de la piel, si tiene manchas, si es intolerante a algún componente que contienen los productos cosméticos, atopía, fototipo que va desde el I en pieles más claras hasta el VI en las personas negras.

Además, puede que tengas una piel grasa en el rostro y durante el embarazo cambie y en el cuerpo se vuelva seca. Si no sabes con exactitud cómo es tu piel, puedes acudir a un centro profesional donde te harán una evaluación de la misma y te dirán los productos más adecuados. En muchos sitios, este diagnóstico es gratuito.

¿Qué cambios sufrirá mi piel en el embarazo?

Como decíamos, entre los muchos cambios que irás experimentando durante todo el embarazo, está el cambio de la piel. Hay mujeres a las que el embarazo les embellece y les cambia la piel volviéndose más luminosa, tersa y sin granitos y a otras les ocurre lo contrario.

Lo mismo ocurre con la alergia, que puede que remita durante la gestación o que la padezcas a pesar de que nunca hayas presentado síntomas. Por tanto, un buen cuidado de la piel minimizará esos cambios que por otra parte son inevitables porque dependen de tu estado y de tu genética.

Entre los problemas más comunes que tu piel puede experimentar durante el embarazo están:

1. Estrías

Las estrías son esas marcas que aparecen en la piel cuando se rompen las fibras de colágeno, la elastina y la reticulina de la piel tras someter al cuerpo a cambios grandes de peso. Su aparición en el embarazo puede darse antes o después en función de la velocidad a la que vayas ganando kilos y también a la genética. En principio son de color rojizo e incluso morado y al final se vuelven blancas, que es cuando ya no se pueden eliminar.

Suelen aparecer en los pechos, piernas, glúteos o abdomen en el último trimestre del embarazo pero pueden retrasarlas o reducirlas con algunos cuidados básico para prevenirlas como una buena hidratación con los cosméticos adecuados antes de que salgan, una alimentación sana y la activación de la circulación sanguínea mediante masajes drenantes.

No obstante, tú médico o matrona te dirán qué puedes hacer para cuidar tu piel en esas zonas del cuerpo más propensas a la ruptura de las fibras que provocan las estrías.

2. Varices

Las varices también son un problema muy común en el embarazo y suelen aparecer en las piernas aunque también puedes tenerlas en la zona de la vulva o incluso del recto, a modo de hemorroides. El motivo por el que salen es porque el útero, a medida que va creciendo, ejerce presión sobre la vena grande que tenemos en el lado derecho (la vena cava) y aumenta la presión sobre las venas del cuerpo, produciendo las incómodas varices.

Aunque en algunos casos no molestan nada hay otros en los que provocan piernas cansadas, pesadez, dolor o picor. Para reducir sus molestias puedes seguir algunos consejos como:

  • Procura no ganar demasiado peso durante el embarazo porque podría empeorarlas. Tu matrona te irá indicando cuánto debes ir engordando
  • Mantén los pies y piernas elevadas cuando duermas, con un cojín de maternidad y cuando estés sentada usando una banqueta por ejemplo.
  • Haz ejercicio suave, al menos camina diariamente siempre que tu estado físico te lo permita, que suele ser hasta el final si no tienes ninguna contraiindicación
  • Evita cruzar las piernas cuando estés sentada y también mantener esa posición durante períodos largos. No pases muchas horas sentada.

3. Acné

El acné es otro de los problemas más comunes que pueden aparecer en tu piel durante el embarazo debido a los cambios hormonales que se producen en esta etapa. Aunque a veces es inevitable sí que hay algunos consejos que pueden valerte para mejorarlo:
  • Dos veces al día, debes lavarte la cara con agua y jabón neutro o uno específico para tu tipo de piel
  • Evita el uso de toallitas húmedas que pueden irritar tu piel y lávate con tus manos limpias
  • Sécate a modo de toquecitos suaves sin restregar la toalla por el rostro
  • No utilices cremas ni tampoco maquillaje que contengan aceites. Revisa bien su composición para que no lleven ingredientes que puedan irritarte.
  • No estripes tus granos ya que podrían dejar cicatrices para siempre
  • Desmaquíllate bien y lava tu cara antes de irte a dormir
  • Ante cualquier duda, consulta con tu médico antes de usar una crema o producto para tu piel con acné

4. Piel reseca y comezón

El picor  durante el embarazo también es algo frecuente que suele aparecer debido al estiramiento de la piel y también a la sequedad. A veces, te entrarán ganas de rascarte por todo el cuerpo, en especial la barriga y los pechos, e incluso las palmas de las manos y los pies.

Aunque es algo normal, a veces, es desesperante y puedes hacer algunas cosas para calmar ese picor o evitarlo:

  • Usa cremas neutras, sin fragancias ni perfumes para que no te produzcan picor ni alergias
  • La ropa que utilices debe ser preferiblemente de algodón y además no demasiado ajustada
  • No te duches o bañes en agua caliente, sino tibia y durante poco tiempo
  • Aplícate compresas frías sobre la zona que te pica para aliviarte
  • Los baños de avena pueden venirte muy bien. Pregunta en tu farmacia cómo puedes prepararlos en casa o comprarlos.

5. Manchas en la piel y línea alba

El cloasma, más conocido como “paño” o “máscara” del embarazo no es más que la aparición de manchas oscuras en la piel, especialmente en el rostro, tanto en las mejillas y la frente como alrededor del labio y la nariz.

También pueden salirte manchas en otras zonas del cuerpo que estén expuestas al sol durante más tiempo del recomendado y sin protección solar total. Y las zonas que ya tienen color pueden oscurecerse como los pezones o las pecas, si las tienes. Esto se debe a que se estimula la producción de melanina, que es la responsable de dotar de color a tu piel y ojos.

A medida que crece tu abdomen irás notando una línea desde el ombligo hacia arriba más oscura, que se conoce como “línea alba” y que desaparece tras el parto. Los cambios hormonales y el sol son los responsables de estas manchas que, en la mayoría de casos, solo perduran durante el embarazo.

¿Debo cuidar mi piel desde el primer mes de embarazo?

Si estás embarazada de pocas semanas, es probable que no hayas experimentado aún ningún cambio en tu piel. Sin embargo, aunque no sabes qué es lo que te va a afectar y lo que no, los profesionales que controlan los embarazos (matronas, ginecólogos) suelen darte unas instrucciones básicas desde el primer día que acudes a consulta, ya sea en un centro privado como en la Seguridad Social.

En cuanto a los cuidados de la piel, los cuidados también deben empezarse cuanto antes porque así evitarás o reducirás los efectos de esos problemas estéticos que pueden afectarte más adelante.

Por ejemplo, en el caso de las estrías o las manchas, es importante que desde el primer momento empieces a hidratar bien la piel y también a protegerla del sol, si por ejemplo es verano y acudes a la playa o la piscina. Nunca sabes cuándo aparecerán los síntomas y más vale prevenir a tiempo.

Si tu embarazo está ya más avanzado y han aparecido alguno de los síntomas que hemos citado (manchas, picor, varices…) tendrás que usar remedios para calmarlos o minimizarlos para que no vayan a más.

¿Qué productos debo evitar?

Antes de comprar los productos, debes saber qué tipo de piel tienes (seca, grasa, acné, atópica…) y a partir de ahí elegir aquellos más adecuados. Algunos ingredientes de los cosméticos están desaconsejados durante el embarazo y por tanto, será mejor que los evites.

Entre los más comunes están:

  • Productos químicos; tanto en champús, tintes, lociones…pueden ser perjudiciales. Aunque hay diferentes opiniones al respecto, si dudas y quieres estar tranquila de que tú y el bebé estáis bien, lo mejor es que los descartes.
  • La soja: las cremas o mascarillas con este ingrediente, aunque se suela usar para cubrir manchas en la piel y unificarlas, en el embarazo está desaconsejado porque se relaciona con la producción de esteroides y otras hormonas.
  • Cremas antiedad con retinol: el retinol presente en las cremas antiedad y también en algunas indicadas para el acné no se recomienda durante esta etapa ya que puede tener efectos graves en el desarrollo del feto y en el nacimiento.
  • Parabenos: es un ingrediente muy común en muchos productos cosméticos como champús, suavizantes, cremas corporales, mascarillas… Puede afectar a las hormonas endocrinas y estrógenas por lo que es mejor no usarlo.

Existen otros ingredientes y composiciones en productos cosméticos que están contraindicados pero para conocer con más exactitud cuáles son y si alguno de los que usas habitualmente puede perjudicarte, lo mejor es que consultes con un dermatólogo especializado.

¿Cuáles son los mejores alimentos para una piel bonita y sana en el embarazo?

Una buena alimentación es fundamental no sólo para la piel sino para mantenerte sana y fuerte durante todos estos meses que quedan. Recibir a tu bebé con un estado de salud óptimo te ayudará durante los primeros meses que son los más duros hasta que te adaptes a la maternidad.

No es preciso que comas por dos, sino que debes evitar ciertos alimentos que pueden ser perjudiciales así como la forma de cocinarlos (evitar carnes crudas, leches o quesos sin pasteurizar, lavar bien las frutas y verduras). Esos consejos generales que seguramente ya conoces sobre la alimentación en el embarazo pueden complementarse con la ingesta de ciertos productos que benefician a tu piel.

  • Aguacates: son ricos en vitaminas A y C y además poseen grasas monosaturadas que favorecen la elasticidad de tu piel. Puedes comerlos solos, en ensaladas, zumos o como más te apetezca.
  • Brócoli: aunque en general todas las verduras son buenas, aunque no en exceso ya que muchas producen gases, sobre todo por la noche, el brócoli contiene dos grandes antioxidantes (vitamina C y E) que no solo protegen tu piel de los rayos UVA sino que favorecen la producción de colágeno.
  • Zanahorias y calabazas: ambos contienen  betacaroteno, que ayudan a proteger tu piel de la sequedad o de los rayos  del sol. Pero además, contienen vitaminas A y C que favorecen la producción de colágeno y elastina.
  • Verduras de hoja verde como espinacas o acelgas, porque sus folatos mantienen tu piel hidratada además de que son ricos en hierro y vitaminas A, B y E.
  • Frutas tropicales, como el mango, papaya, piña…tienen mucha agua, así como vitamina C y antioxidantes, por lo que son además de ricas muy sanas para la piel en el embarazo.
  • Pescados como el salmón, las anchoas o las sardinas son una gran fuente de Omega 3 que contribuye a fortalecer las células de tu piel, protegerla y reducir su inflamación ante otros agentes externos.
  • Frutos secos como avellanas: aunque no debas pasarte con los frutos secos porque pueden provocarte un aumento de peso, sí que de vez en cuando es bueno que consumas avellanas ya sea en yogur, cereales, ensaladas o solas. Tienen muchas vitaminas entre las que se encuentra la vitamina E que es buena para nutrir tu piel.

Como conclusión, debes cuidarte bien por dentro y por fuera y tu piel en el embarazo no lo notará o al menos sus efectos en ella no serán importantes y es muy probable que si aparecen, se vayan cuando des a luz. Lo importante ahora es disfrutar de este momento para recibir a tu bebé con alegría y la mejor salud posible.

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