El embarazo en verano puede ser más o menos llevadero dependiendo de muchos factores pero el calor es uno de los que sin duda afecta a las mujeres, sobre todo a aquellas que se encuentran en un estado más avanzado cuando suben las temperaturas y el calor aprieta más de la cuenta.
En primer lugar debes saber que el hecho de que los termómetros marquen de 30 grados para arriba no supone peligro alguno para ti ni para tu bebé, pero sí puede provocar cambios físicos en tu cuerpo y en tu estado general que debes aliviar de la mejor manera posible.
Las consecuencias del calor en tu cuerpo, que ya de por sí tiene una temperatura más elevada de lo normal, son varias y aunque no todas las embarazadas las experimentas sí la mayoría, sobre todo las que están en el segundo y tercer trimestre de la gestación. Entre las más habituales destacan:
- Hinchazón de pies : el calor provoca la contracción de los vasos sanguíneos y eso hace que las articulaciones especialmente los tobillos y muñecas se hinchen.
- Aumento de contracciones del útero: el hecho de que las temperaturas sean elevadas puede desencadenar en estrés para la embarazada que trae como consecuencias la aparición de contracciones uterinas y el aumento de la producción de oxitocina y prostaglandina, que son las hormonas que desencadenan el parto. Muchos ginecólogos, por este motivo, relacionan el calor con un mayor número de casos de partos prematuros.
- Cansancio y sensación de ahogo: el calor provoca cansancio a cualquier persona pero más a las embarazadas, ya que su organismo está trabajando más de la cuenta y eso provoca un agotamiento que se une al que producen las altas temperaturas en estado normal. Además, el hecho de que el feto presione los pulmones por su posición puede hacer que te cueste respirar más de lo normal y que se agrave con un exceso de calor.
Los expertos en ginecología y obstetricia suelen dar una serie de consejos en verano a todas las embarazadas para sobrellevar mejor esta época que hay que pasar y que no les afecte más de lo normal.
1.No olvides beber más de lo normal
Aunque parezca algo obvio, muchas mujeres no beben el agua suficiente y eso puede desencadenar una deshidratación y una bajada de tensión repentina que no es nada bueno para ti ni para el bebé. Así es que, no te olvides de beber al menos litro y medio o dos litros de agua al día, de salir con una botellita en el bolso o de colocar una en la mesilla de noche, sobre todo aquellas noches de más calor.
Si el agua no es tu fuerte, aunque debes obligarte a consumirla, opta por zumos naturales y bebidas sin gas ni alcohol que te mantengan hidratada y con el azúcar y las sales minerales que tu cuerpo necesita como tienen las bebidas de deportistas como el Aquarius.
2. Utiliza ropa ligera
La ropa de algodón o aquellos tejidos que permiten transpirar a tu piel son los más indicados en esta época. Aunque aún no tengas demasiada barriga, evita usar prendas muy ajustadas o de telas pesadas y colores oscuros que absorberán más el calor y te harán sentir más incómoda.
3. La fruta, tu mejor aliada
Aunque no te guste demasiado, en verano siempre apetece consumir más fruta que el resto del año. Cuando hace mucho calor, la fruta fresca como la sandía, el melón o el melocotón te ayudarán a calmar tu sed y a mantenerte hidratada además de refrescarte por dentro.
Además de fruta, las verduras y recetas elaboradas a base de éstas como el gazpacho, ajoblanco, salmorejo o ensaladas frías son comidas perfectas para esta época que deben primar en tu alimentación. No olvides el consumo de otros productos como las legumbres, carnes y pescados que también puedes incluir en frío en tus platos veraniegos.
4. Ejercicio moderado
Aunque no debes pasarte y evitar salir de casa en las horas centrales del día cuando hace más calor, hacer ejercicio te ayudará a evitar la hinchazón de pies y a que tu circulación vaya mejor que si te mantienes tumbada o semi acostada todo el día. Eso sí, nada de irte a una sesión de Ciclo Indoor o de Aerobic pero sí algo de natación, yoga, pilates o simplemente caminar por la playa o la orilla del río.
5. Date un baño sin miedo
La recomendación de evitar baños en el embarazado es exclusiva para aquellas mujeres que ya han perdido el tapón mucoso, que protege el útero de posibles infecciones, y que se bañen en piscinas públicas.
Si no es tu caso, no tienes nada que temer a darte un buen chapuzón en la playa, la piscina o incluso relajarte en la bañera de casa para bajar la temperatura corporal. De hecho, es uno de los mitos del embarazo que aún se trasmiten de generación en generación.
6. Protege tu piel y rostro
Si sales a la calle, no olvides aplicarte una crema con factor de protección solar, ya que la aparición de manchas en el rostro, el conocido como «paño o máscara del embarazo» puede hacer acto de presencia en cualquier momento.
Además de loción protectora, puedes cubrir tu cabeza con un pañuelo o un sombrero que además de estar monísima te protegerá del sol y ayudará a sofocar el calor cuando salgas de compras o hacer tus recados.
7. Ventila la casa y manténla fresca
La experiencia es un grado y seguro que te acordarás de tu madre bajando las persianas por el día y subiéndolas por la noche. Es una buena forma de mantener el calor alejado de casa, evitando que entre durante el día y ayudando a que el aire fresco mantenga el interior de casa menos cálido por la noche.
En el caso de que tengas aire acondicionado procura no tenerlo encendido todo el día ni tampoco a una temperatura demasiado baja y mucho menos dejando que te llegue directamente a la cara.
8. Evita darte comilonas, sobre todo en la cena
Si quieres celebrar la inminente llegada de tu bebé o cualquier otro acontecimiento, deja la comida para otro momento. No es que no puedas comer pero evita los alimentos muy pesados y demasiado grasos que a lo mejor te apetecen en un momento dado pero pueden sentarte mal, sobre todo en la noche, y producirte pesadez y cansancio unido al que provoca el calor.
9. Descansa y disfruta
En verano no estamos tan activas pero si estás esperando un bebé quizá tu mente no deja de trabajar pensando en cómo irá todo, en si sabrás ejercer de madre, en si tu bebé va a estar bien…esas inevitables preocupaciones unidas al cansancio de tu cuerpo por tu estado y al calor hacen que necesiten descansar más de la cuenta, sin que ello suponga ningún cargo de conciencia.
Déjate mimar, que hagan las cosas por ti, que cocine tu pareja y que te ayude con la limpieza de la casa y tú procura encontrar tus momentos de relax no solo por las noches sino durante el día.
El embarazo en verano no es tan malo y debes tener presente que en poco tiempo podrás achuchar a tu bebé y se te olvidará ese calor que ahora estás pasando y que podrás aliviar si sigues estos consejos.
Y tú, ¿estás haciendo algo más para sofocar las altas temperaturas? Comparte con nosotros tu experiencia.