Hay muchos mitos sobre la lactancia materna que debes conocer antes de decidir amamantar a tu bebé u optar por la alimentación artificial. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna de forma exclusiva hasta los seis meses de edad y hasta que cumpla los dos años complementada con la introducción paulatina del resto de alimentos.
Sin embargo, muchas mamás primerizas y otras multíparas descartan dar el pecho a sus bebés por la creencia en información que se ha ido extendiendo de generación en generación y que provoca el temor de las mujeres y en consecuencia el rechazo a la lactancia materna. Pero, ¿qué hay de cierto en estos mitos tan conocidos?
1. No tener suficiente leche para amamantar
Muchas mujeres ponen como “excusa” que no tienen leche suficiente y tienen que darle biberón. Está comprobado que es prácticamente imposible que eso suceda ya que, como señalan desde la Institución Fetal Medicine de Barcelona, el bebé, como cualquier cría mamífera, controla la cantidad de leche que debe producir su madre.
Es por tanto, uno de los mitos de la lactancia materna más extendido. Los expertos y matronas recomienda respetar la demanda del recién nacido y dejarlo que tome cuando lo necesite.
2. No puedes dar el pecho si tomas medicamentos
Algunas madres creen que no pueden optar por la lactancia materna porque están tomando algún medicamento. Lo cierto es que, según el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, “más del 90% de mujeres toman medicamentos o productos de fitoterapia durante el periodo de lactancia, y es frecuente que dejen de dar el pecho por este motivo pese a no estar fundamentado su peligro real más que en un pequeñísimo porcentaje de productos”.
En concreto, hablan de los poquísimas enfermedades maternas que cotraindican o impiden la lactancia materna. Si te quedas más tranquila, puedes consultar aquí la Guía de Compatibilidad entre Medicamentos y Lactancia Materna.
3. Hay algunos alimentos prohibidos durante la lactancia materna
Otro mito de la lactancia materna es la prohibición de ingerir algunos alimentos porque puedan perjudicar al bebé. Sin embargo, hay diferentes opiniones al respecto que será tu matrona o pediatra quiénes te indicarán lo mejor en tu caso.
Algunos expertos aconsejan seguir tu dieta habitual ya que el bebé está acostumbrado a tus gustos porque los ha ido conociendo desde el vientre materno a través del líquido amniótico. Pero, por otra parte, hay algunos alimentos que es mejor evitar porque podrían sentarte mal o producirte gases como son las coles, alubias, garbanzos o brócoli y otros que pueden cambiar el saber o color de la leche como los ajos, pimientos o cebollas.
4. Las grietas en el pecho impiden la lactancia
Las grietas que se producen en el pecho de la madre no son un inconveniente para amamantar pero sí suponen un obstáculo por las molestias que se sienten que pueden llegar a rechazar la lactancia.
En este caso, se recomienda darte masajes en el pecho antes de empezar para que el bebé tenga la leche preparada y no necesite succionar con fuerza, reduciendo así las molestias. Hidratar los pezones con la propia leche es la mejor forma de curar las heridas y también puedes usar unas pezoneras o protectores que te ayudarán mucho hasta que las grietas desaparezcan por completo.
5. El bebé debe vaciar los dos pechos en las tomas
La opinión generalizada de que hay que dar los dos pechos en cada toma no más bien un mito que una verdad. Por ejemplo, dos de las expertas en salud del portal BabyCenter comentan que no hay una regla fija al respecto sino que cada bebé tiene sus necesidades al igual que los adultos y hay que respetarlas.
Lo importante, señalan los expertos en lactancia materna, es que el bebé se alimente bien, vacíe un pecho e ingiera la leche final que es más rica en grasas y calorías. Cuando termine con un pecho y le saques el aire, puedes ofrecerle el otro y será el niño el que te diga si quiere más o ya está satisfecho.
6. La lactancia materna engorda
Quién crea esto va muy desencaminada, ya que dar el pecho lejos de engordar lo que supone es un efectivo adelgazante.
7. El bebé no aumenta por la mala calidad de la leche
Muchas veces las madres dejan de dar el pecho porque sus bebés no engordan al ritmo adecuado y es el propio pediatra el que aconseja la alimentación con biberón. Sin embargo, la calidad de la leche materna no es ni mejor ni peor porque incluso las madres desnutridas o en situaciones extremas de pobreza producen leche materna buena.
Si tu bebé no crece, tu pediatrá te ayudará a solucionar el problema antes de retirar la lactancia materna y puede que venga derivado de otra causa como el consumo insuficiente por mala postura o gases del bebé pero no por la calidad de tu leche.
8. Tras una cesárea no sube la leche
El tipo de parto no influye en la subida de la leche, aunque sí el tipo de cesárea podría influir en el tiempo que tarda en producirse. Según Alba Padró, consejera de lactancia de IBCLC, una cesárea de urgencia, donde el trabajo de parto ha comenzado no es igual que una programada, en el que el cuerpo de la madre aún no está preparado.
Padró también asegura que “lo que dificulta la subida de la leche son los protocolos hospitalarios que se siguen con la cesárea como la separación o el retraso en el inicio de la lactancia” y no la propia intervención.
9. El deporte está contraindicado
Algunas madres dejan de hacer deporte para amamantar a su bebé o peor aún, descartan la lactancia natural para seguir entrenando o practicando su deporte favorito. Sin embargo, los expertos aseguran que el deporte no perjudica la salud del niño y que ni siquiera interfiere en el sabor de la leche materna, según los estudios al respecto más recientes.
Una actividad moderada, de una hora más o menos durante 5 días a la semana ayuda incluso a aumentar la producción de leche y no hay que dejar de montar en bici, nadar o caminar para dar el pecho.
10. Los niños de pecho duermen peor
Los primeros meses de vida, los bebés se despiertan con frecuencia durante la noche para comer. El hecho de que se alimenten con biberón o leche materna no influye directamente en sus horas de sueño sino el ritual que hagamos para dormirle.
Algunos estudios revelan que los niños de pecho tienen más tiempo de sueño REM (directamente relacionado con su crecimiento) y aumentan mejor de peso que los alimentados de forma artificial. Además, se ha comprobado que las madres lactantes duermen mejor que el resto que no amamanta.
Si quieres más información sobre este mito, escucha estos consejos de la bloguera y asesora de lactancia Pilar Martínez, experta en estos temas y otros relacionados con la maternidad.
En resumen, los beneficios que tiene la leche materna son muchos, entre ellos, la OMS destaca por ejemplo la protección frente a numerosas infecciones, un ahorro considerable para las familias y la reducción del cáncer de ovarios y pecho para la madre.
Si por motivos laborales no puedes continuar con la lactancia materna, siempre puedes usar un sacaleches eléctrico o manual e ir conservando la leche materna en bolsas especiales para usarla más adelante mientras estás trabajando.
Pero no olvides que es una decisión que debes tomar tú tras conocer todas sus ventajas y los posibles inconvenientes que puedan surgir. ¡Ánimo y a disfrutar de ese bebé!