Cuando llega el verano o incluso antes si vivimos en la costa estamos deseando llevar a los bebés a la playa para que tomen su primer contacto con el mar, la arena, el agua salada, la brisa. Pero, si tienes un recién nacido o un bebé de pocas semanas, olvídate de la playa hasta dentro de unos meses y elige otro destino para estas vacaciones porque el sol intenso puede provocarle quemaduras graves debido a la sensibilidad de su piel así como de sus ojos, que aún no están preparados para recibir luz solar directa.
A pesar de que muchos pediatras recomiendan evitar llevar a los niños antes de los 6 meses o incluso un año, muchas mamás se adelantan pensando que más que un peligro, la playa será beneficiosa para sus pequeños y el mar les aportará calma y tranquilidad. Si eres de esas mamás y tu bebé tiene 8 ó 9 meses al menos, debes tener en cuenta algunos consejos que dan cada año los pediatras y que nunca debes descuidar.
1.Elige el mejor horario
Lo primero que debes tener muy en cuenta es el horario antes de bajar a la playa. Las horas de más calor, cuando el sol está más alto y da más directamente no son buenas para los adultos pero son peligrosas para los más pequeños. Normalmente, esas horas son a partir de las 12 del mediodía hasta las cinco de la tarde, aproximadamente.
Lo ideal para los bebés en la playa son las primeras horas de la mañana, sobre las 9 o las 10 antes de que empiece a apretar el calor y a última hora de la tarde, cuando está cayendo el sol. A esas horas, disfrutarán más de la arena sin quemarse y de un chapuzón en la orilla sin que el sol dañe su piel.
De todas formas, su silla no te vendrá mal para llevarle pero no te olvides de ponerle la sombrilla porque aunque sea temprano, ya puede molestarle el sol.
2.No estéis mucho tiempo
Aunque vayas a horas en las que no hace tanto calor y la brisa del mar sea agradable, no es conveniente que estéis mucho tiempo. Demasiadas horas expuestos al sol y al viento no son buenas para los bebés, que además pueden aburrirse y no van a dejaros relajaros ni un minuto. Para eso, es mejor cambiar de ambiente y disfrutar todos juntos.
3. Vístele con ropa clara
Puede que te encante ese polo azul marino que le regalaron sus tíos o un peto vaquero con el que está saladísimo pero, no seas cruel y llévale fresquito, bien cubierto y con ropa clara, preferiblemente blanca y que transpire. Puede que se quede dormido en la silla o sobre su toalla después del baño y la ropa puede hacerle sudar más de la cuenta.
Hay ropa de bebé especial para la playa como camisetas de manga larga o bañadores, ideales para protegerles del viento, la arena y el sol, que pueden mojarse y se secan rápido. Esas prendas son perfectas desde bien chiquititos.
4. Ponle gorro y gafas
Un gorrito, si no se lo quita, le protege del sol pero también del viento y evita que se caliente en exceso su cabeza, sobre todo si aún no tiene demasiado pelo. Las gafas de sol para bebés también protegen y las hay con una goma para sujetarlas mejor. El problema es que muchos bebés no las aguantan, igual que los gorros, y se las quitan con frecuencia, protestando cada vez que intentamos ponérselas.
5. Protege su piel del sol
Las cremas solares también son para niños pequeños. Aplicarlas antes de exponerles al sol y repetir la dosis cuando salgan del agua o cada dos horas es fundamental para que hagan su efecto. Aunque lo ideal es que no pases mucho tiempo en la playa como para tener que repetir la aplicación de crema, métela en el bolso por si te alargas más de lo esperado.
En cuanto a los protectores solares, ten siempre en cuenta su fototipo de piel, aunque por regla general, los bebés necesitan un factor de protección alto o pantalla total porque su piel, independientemente del color, es muy sensible cuando son pequeños.
6. Dale de beber con frecuencia
Darle líquidos con frecuencia no se te debe olvidar. La deshidratación de los bebés en verano es muy habitual y el agua ayuda a evitarla. Si le estás dando aún el pecho, puedes ofrecerle cada menos tiempo e incluso darle en la playa. Si ya no mama, no te olvides un biberón, un termo o alguna nevera para que se mantenga fresquita, o al menos no se caliente demasiado.
7. Llévale algún juguete
Si tu bebé es de los que no se entretiene con cualquier cosa, algo poco común si tiene menos de un año, será mejor que metas en la mochila su juguete preferido o un cubo y una pala para que enrede con la arena. Eso sí, ¡ten mucho cuidado cuando toque la arena por si está demasiado caliente!
Si quieres, puedes llevar una bañera hinchable para meterle en el agua mientras tú te tumbas en la arena porque y quizá no le guste el mar.
8. No olvides la sombrilla
Si a pesar de las recomendaciones sobre el horario, no te queda otra que ir a la playa con el bebé a horas imprudentes, cuando hace más calor, una sombrilla grande si no llevas su silla será tu mejor aliada. Además de cubrirle con sombrero, gafas y camiseta, procura que siempre esté bajo la sombrilla, sin que el sol le de directamente. Si vais unos cuantos, quizá podéis llevar más de una o también una tienda especial para el sol y viento que habréis visto muchas veces en las playas.
9. No te despistes ni un segundo
Los bebés que ya gatean o andan son muy curiosos y les gusta ir de un lado para otro, experimentar y curiosear por todas partes. Si el tuyo ya se desplaza sea a gatas o a pie, ten mucho cuidado de no despistarte, porque en unos segundos puede estar en la orilla del mar con el riesgo de que una ola le lleve hacia adentro. O salirse de la toalla y quemarse con la arena, meterse una colilla o cáscara de pipa en la boca (en la playa hay gente para todo) con el consiguiente peligro de que se atragante.
Por tanto, este es uno de los principales consejos que JAMÁS debes descuidar.
10. Mete ropa de cambio y/o pañales
Estar con el culete mojado mucho tiempo es incómodo teniendo en cuenta que no le vas a poner al sol para que se seque. Si le has puesto un bañador sobre el pañal, deberás cambiárselo cada vez que se moje pero también cuando se haga pipí o caca. Por eso, no te olvides de llevar ropa de cambio, tanto de parte de arriba, alguna camiseta de más como bañadores y pañales y también el cambiador porque es más higiénico. Ya sabrás que hay pañales que se pueden mojar y que se suben y bajan con un elástico en la cintura, que son muy cómodos para los bebés.
No pasa nada porque esté un rato con el culito al aire, pero procura hacerlo cuando acabas de cambiarle y sabes que no volverá a hacer nada al menos durante un par de horas y siempre sentándole bajo una toalla o esterilla para que no le entre arena.
Seguro que tienes ganas de ir a la playa con tu bebé o incluso ya habéis ido. ¿Qué tal la experiencia?