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Los bebés se hacen grandes sin darnos cuenta y los primeros meses pasan más deprisa de lo que nos gustaría como padres. Cada pasito que avanzan en su desarrollo nos hace una tremenda ilusión pero también genera dudas y preocupación.

En el caso de la alimentación, es un tema que genera muchas incertidumbres. Los papás no sabemos cuándo es el mejor momento para introducir la comida entera y dejar de triturar todos los alimentos al empezar con la alimentación complementaria. 

No solo tenemos que tener en cuenta la introducción de cada alimento según nos vaya indicando nuestro pediatra sino también las texturas de los mismos, pasando del puré a los trocitos en cuanto sea posible y el bebé no corra ningún riesgo.

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Comida entera para tu bebé, ¿está preparado?

Cada bebé lleva un ritmo en el desarrollo y por ello no hay una fecha exacta para comenzar a darle alimentos en trozos sin necesidad de triturarle todo lo que come.

Los pediatras suelen recomendar la introducción de la alimentación complementaria a partir de los seis meses en purés pero entre los 7 y 9 empezar a darle algunos trocitos para favorecer su masticación y el desarrollo del habla. Sin embargo, no en todos los casos podremos hacerlo ya que depende mucho de cada niño y de sus habilidades a esa edad.

La motricidad fina, la que les permite coger cosas más pequeñas con sus dedos, está desarrollada sobre los 9 meses y es ahí cuando debemos observar si el bebé muestra interés por probar nuevos sabores y texturas e intenta llevarse a la boca nuestra comida cuando la ve en el plato.

En el caso de que tenga la habilidad suficiente para hacerlo, siempre que no se trate de alimentos demasiado duros ni inapropiados para su edad, lo mejor es dejarle probar y vigilarle. 

Algunos pediatras consideran que el hecho de tener pautas tan estrictas sobre la introducción de los alimentos, hace que los papás lleven a rajatabla las indicaciones y provoquen en los bebés rechazo en el futuro hacia esos alimentos por los que se interesaron antes y les prohibimos comer.

Respecto a la introducción de los trozos, hay diferentes posturas de los profesionales al respecto:

  • Los que opinan que no se debe introducir alimentos enteros a los bebés hasta que no tengan muelas para masticar e incluso la dentadura completa, que no ocurre hasta los 2 años aproximadamente.
  • Pediatras que consideran una mala costumbre el hecho de pasar del líquido al cremoso antes de introducir la comida en trozos. Es decir, que creen que los purés debían evitarse porque pueden traer problemas en el futuro a la hora de aceptar los alimentos sin triturar.
  • Una postura intermedia, que defiende la flexibilidad según el caso y un proceso paulatino de cambio que no se alargue demasiado pero tampoco se adelante sin necesidad.

Lo recomendable es adoptar aquella postura con la que vayáis a estar seguros y no genere una ansiedad o preocupación excesiva cada vez a la hora de comer.

Los bebés son curiosos por naturaleza y la mayoría adquiere el hábito de llevarse todo a la boca, incluso objetos menos seguros que la comida, desde una edad muy temprana.

Algunos niños se atragantan con facilidad incluso con alimentos líquidos o con los purés y otros, aún sin dientes se las apañan muy bien para deshacer los alimentos que se llevan a la boca. ¿Cómo es tu bebé? Tendrás que observar su comportamiento que será el que mejor te indique si está o no preparado para introducir trocitos en sus comidas.

En general, puedes empezar a darle la comida en trozos cuando:

  • Tenga al menos 6 meses y no se alimente de forma exclusiva de leche
  • Sea capaz de mantener erguida la cabeza y la espalda, aunque sea con apoyo, en una trona o silla.
  • Puede coger los alimentos con sus manos
  • Tiene interés en probar nuevas texturas y sabores
  • No se atraganta con facilidad con los purés

Alimentos seguros para introducir la comida entera

Hay madres que están aplicando el método de Baby Led Weaning, que consiste en dejar al bebé que sea el que decida cuándo y cómo comer, pasando practicamente del pecho a los trozos, sin recurrir a los purés o comida triturada.

Algunos pediatras apoyan esta técnica que implica el uso de las manos del bebé antes de la cuchara para favorecer su autonomía y acostumbrarle a las texturas que tarde o temprano tendrán que probar.

Sin embargo, la seguridad y el miedo a que se atraganten hace que muchos padres no se atrevan e incluso algunos profesionales no lo aconsejen. Lo que sí está claro es que la introducción de la comida entera debe hacerse poco a poco y hay algunos alimentos seguros con los que puedes empezar.

Verduras

Puedes cocer o hervir las verduras que usas para los purés como las patatas, el calabacín, la calabaza, zanahoria…y antes de pasarlas por la batidora poner trocitos en un plato para que el bebé pueda cogerlas con sus deditos y llevárselas a la boca.

Al estar blanditas y ser sabores a los que ya están acostumbrados no hay ningún riesgo de alergias ni de atragantamiento ya que se irán deshaciendo en el paladar y lo acabará de triturar con las encías.

Pan

Una vez que has introducido el gluten, podrás probar con el pan, que es uno de los primeros alimentos por los que los bebés suelen mostrar interés. Aunque al principio sea difícil que se lo trague, es perfecto para que lo chupe y agarre con sus manos.

Eso sí, vigílale y procura darle trozos grandes que pueda coger pero que no le quepan enteros en la boca.

Fruta

El color de la fruta les suele llamar bastante la atención y además también están acostumbrados a su sabor si ya has introducido sus purés de fruta. Lo ideal para que se acostumbre a los trozos es prepararle rodajas finas de manzana o trocitos de pera y plátano, de forma que pueda agarrarlos y llevárselos a la boca.

Ten en cuenta las recomendaciones de tu pediatra a la hora de introducir cada fruta según su edad porque algunas pueden provocar alergias si se dan antes de tiempo.

Quesos

Cuando ya puede comer queso, sobre los 12 meses, puedes darle trocitos de uno blando o incluso quesitos cremosos que le pueden gustar y no suponen peligro de ahogo.

Pescados

El pescado hervido o al vapor que usas para los purés cuando llega la edad de introducirlo, sobre los 9 meses, es una buena opción para que se acostumbre a comer entero sin necesidad de que todo sea en puré.

Puede acompañar trocitos de pescado blanco con algunas verduras como zanahorias o guisantes para que el plato le llame más la atención y se anime a probar.

Galletas

Las galletas al igual que el pan tendrás que introducirlas cuando ya pueda comer alimentos con gluten. Aunque hay galletas para bebés que no llevan gluten y se deshacen con facilidad. Además son perfectas de tamaño para sus deditos y suelen encantarles por su sabor dulce.

Formas de introducir los trozos y tamaños adecuados

Además de las recomendaciones anteriores respecto a cada alimento, hay algunos métodos de introducir los trozos si no te sientes segura para hacerlo directamente.

  • Red de plástico para alimentos: es una red donde se mete el alimento que va enganchada a un mango para que el bebé pueda agarrarlo. Algunas mamás lo usan y resulta útil para que se familiarice con sabores nuevos pero la textura no es realmente la misma ya que el plástico de la red la distorsiona.
  • Machacar los alimentos. En lugar de triturarlos al máximo, podría ser suficiente machacarlos un poco para empezar por algo intermedio, pero es cuestión de gustos.
  • Dejar tropezones. Otra opción entre los purés y los trozos es triturar la comida dejando algunos tropezones. Sin embargo, muchos bebés lo rechazan porque no les gusta la “sorpresita” de encontrar un trozo cuando están tragando. Les ocurre mucho con los yogures con trozos que tampoco les agradan.
  • Trozos de comida sin triturar. Los bebés suelen preferir esta opción a la anterior porque les permite cogerlo con más facilidad y metérselos en la boca. Eso favorece la masticación y su autonomía.

En cuanto al tamaño de los trozos a veces es mejor darles más grandes y otras más pequeños, según el producto. Para alimentos duros, es preferible que sean trozos grandes que no quepan en la boca del bebé y que se limite a chuparlos y en los blandos, será mejor trocitos pequeños que pueda manejar y triturar mejor.

Consecuencias de alargar los purés más de la cuenta

Como decimos, hay firmes defensores del método Baby Led Weaning, que pasa de la lactancia materna o artificial a la comida entera saltando el paso de los purés.

El pediatra Jesús Garrido, de Mi Pediatra Online, aconseja introducir simultáneamente la comida triturada y sin triturar y señala una serie de consecuencias que puede tener el hecho de alargar los purés más de la cuenta:

  • Distorsión de la relación del niño con la comida. Si evitamos darle fruta y verdura entera de bebés es probable que la rechacen en la edad adulta y con ello estaremos favoreciendo una alimentación pobre que puede traer problemas de sobrepeso, colesterol o estreñimiento.
  • La falta de costumbre  a la hora de masticar podría evitar el crecimiento de la mandíbula lo suficiente para que cree espacio para los dientes definitivos. Si no permitimos que haya hueco para todos los dientes, es probable que tengamos que recurrir a una ortodoncia cuando sea mayor.
  • A la hora de masticar los bebés favorecen el lenguaje y la pronunciación cuando empiecen a articular las primeras palabras, que en unos se produce antes y en otros después. Al igual que ocurre con el chupete, el hecho de no masticar puede retrasar el habla. 
  • El tiempo de los padres o cuidadores a la hora de preparar la comida también puede ser un inconveniente si no se acostumbra a comer con la misma textura que los adultos. Llega un momento, que lo mejor será que todos comáis lo mismo sin que el niño necesite pasar todo por la batidora.
  • Comer fuera podría ser un problema. Salir de vacaciones o a comer fuera de casa si tu bebé no come más que purés es complicado. Tendrás que ir siempre cargado de puré en un termo o mochila o comprar tarritos en lugar de poder pedir un menú infantil en cualquier restaurante.

 Y si no quiere, ¿cómo le motivo a comer entero?

Algunos niños no muestran interés alguno por comer en trozos y rechazan cualquier alimento que se les da ante la desesperación de los padres. En estos casos, y siempre y cuando acepten bien los purés, es preferible seguir con ellos, ya que lo importante es que coman bien, independientemente de la textura de los alimentos.

Además, los purés y cremas también tendrán que seguir tomándolos pues los adultos también los comemos y es bueno que se acostumbren a distintos formatos y texturas de comidas, por lo que tampoco hay que retirarlos por completo sino alternar.

Hay algunos consejos para motivarle y que se anime a comer:

  • Deja a su alcance trozos de comida, sin obligarle, que llamen su atención por sus colores, formas…Deben ser alimentos que ya pueda tolerar y lo suficientemente blandos o de tamaño adecuado para que no se atragante
  • Olvídate de los cubiertos por ahora y deja que experimente con sus manos aunque se ensucie
  • No le obligues a que coma si no quiere, deja que sea él quien decida y retira el plato si lo rechaza
  • Comer todos a la vez. El hecho de que vea a los padres o hermanos comer, puede animarle a probar los trozos que tiene en su plato
  • Inténtalo en las horas de la comida que puede tener más hambre para que el apetito le impulse a probar

Si aún así, se niega a probar la comida entera, ten paciencia porque llegará un momento en que pruebe y le guste. Si os ponéis nerviosos y le obligáis no conseguiréis nada más que un rechazo. Lo importante es que el bebé esté alimentado de una forma variada y equilibrada.

 

 

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